En realidad no valoro tanto que sea día último del año; creo que cualquier día es bueno para arrepentirse de lo malo que hemos hecho, pedir perdón al Creador, y proponernos recomponer nuestra vida y restaurar nuestras relaciones personales con los demás.
Así que lo que realmente deseo, y oro al Eterno por ello, es que en algún momento de los siguientes 365 días tengas un encuentro con el Señor Jesucristo, si es que aún no le conoces. Y si ya tienes el gozo de la salvación, que cada uno de los siguientes 365 días venga con nuevas oportunidades de dar testimonio de sus maravillas, de aprender de Su carácter, de la forma en que Él desea ser adorado, y sobre todo de los errores que cometemos y procurar dar la vuelta en 180° a las malas decisiones.
No me ven muy seguido por aquí, pero vengo de vez en cuando por si le alegro el día a uno que otro amigo
Les mando un gran abrazo, que el Todopoderoso siga bendiciendo nuestras vidas, en el Nombre de Jesús.
